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31 ene 2011

The Walking Dead: zombies y mujeres guerreras

TECLADO INVITADO: Paula Blanco Álvarez

En primer lugar, voy a analizar cual es el papel de la mujer en esta serie de zombis recientemente estrenada denominada “The Walking Dead”. Es decir, por una parte analizaré cómo se nos presenta a la mujer en un contexto actual (en el año 2010) en un país occidental (Estados Unidos) en el cual se supone que la mujer ha alcanzado ya grandes cotas de igualdad con respecto a los hombres, y que se sigue luchando esta dirección. Por otra parte, compararé el papel atribuido a la mujer en esta serie de terror con el atribuido a la mujer en la película “La noche de los muertos vivientes” de 1990, de Tom Savini, centrándome en el papel desempeñado por el personaje de Bárbara.

En segundo lugar, analizaré como son considerados los zombies (aquí denominados caminantes o “dead walkers” en inglés) y compararlos con cómo se nos presentaban en la película antes referida de Tom Savini.

Es decir, las dos grandes preguntas que me formularé en este trabajo serán: ¿Cuál es el papel desempeñado por la mujer en la serie “The Walking Dead”? Y ¿Son los zombis considerados personas?

La metodología utilizada consiste en el visionado de los 6 capítulos que conforman la primera temporada de la serie en cuestión y la comparación de estos con las películas ya vistas en clase: “La noche de los muertos vivientes” de George A. Romero y el remake de homónimo título de Tom Savini así como con los artículos de Waitess sobre la mujer guerrera y de Barry Keith Grant titulado “Taking Back the Night of Living Dead: George Romero, Feminism, and the Horror Film”.

La serie The Walking Dead consta de 6 capítulos en su primera temporada y nos cuenta la historia de un grupo de supervivientes durante una apocalipsis zombie. Tiene la peculiaridad de que cada capítulo está dirigido por un director distinto, entre ellos dos mujeres: Michelle Mclaren y Gwyneth Horder-Pyton. En el guión, sin embargo, solo participan hombres, 6 también.

Se inspira en la película de “La Noche de los Muertos Vivientes” de George A. Romero, tal y como queda de manifiesto en la primera escena de la serie que nos muestra un coche andando por una carretera desierta, con ringleras de árboles a los lados, en un paraje rural. A continuación Rick, el protagonista, vestido con su uniforme de sheriff mata a una niña de 6 años de un tiro en la cabeza y sin dudarlo un momento ya que se había convertido en zombie. Todo el comienzo, por tanto constituye un guiño claro a la película en la que se inspira.

¿Cuál es el papel desempeñado por la mujer?

Entrando a responder a la primera pregunta planteada debo hacer referencia al gran número de mujeres que intervienen en la serie, sin embargo, ninguna de ellas es una mujer guerrera. Si bien, el personaje de Bárbara de “La Noche de los Muertos Vivientes” de Tom Savini era claramente una mujer guererra, si bien podía interpretarse que cumplía o no las características expresadas por Waitess, ninguna de las mujeres de la serie aquí analizada se puede considerar, ni por asomo, una mujer guerrera. En mi opinión se asemejan bastante más al papel de la mujer interpretado por la Bárbara de George A. Romero.

A continuación pasaré a analizar los rasgos de los personajes femeninos y algunas escenas que justifiquen dicha opinión. Debo decir, que todas las mujeres de la serie aparecen guiadas por un hombre, desempeñando diferentes roles (padre, marido...) que las guía, las protege o les dice lo que tienen que hacer.

Así, Lori Grimes,(la mujer de Rick, el protagonista de la serie) se nos muestra a lo largo de toda la serie en el papel de madre. Su única preocupación es proteger a su hijo y realizar tareas tradicionalmente femeninas como tender la ropa, hacer la comida, etc.

Además, mantiene una relación amorosa, creyendo que Rick había muerto, con el mejor amigo de éste y compañero de trabajo Shane Walsh. Así, durante los primeros capítulos se nos muestra como se desarrolla esta relación afectiva, con escena sexual incluida (en la que vemos a Lori en sujetador) y el papel de padre protector que adopta Shane con ella y con su hijo. Según mi interpretación, lo que se nos quiere decir es que una mujer con hijos al quedarse sola y debido a su fragilidad busca a un hombre a su lado para protegerla a ella y a su hijo. Prueba de esto es que una vez que descubre que Rick está vivo pasa a ignorar totalmente a Shane, ya que en realidad no tiene verdaderos sentimientos hacía él sino que lo único que busca en él es la seguridad que le puede aportar un hombre.

Luego, en el último capítulo un Shane despechado intenta violar a Lori. Esta escena de violación, que al final se queda en un intento, cumple con muchos de los tópicos del porqué de las agresiones sexuales y, en cierta medida, viene a justificar la actitud del hombre. De este modo, la escena es la siguiente: Lori se pasea con una camiseta larga y las piernas al aire buscando un libro en la estantería, entonces aparece Shane que después de beber gran cantidad de alcohol le pide que no le ignore y, tras una breve discusión, se avalanza sobre ella, Lori le dice que la deje y como Shane no le hace caso, le araña en la cara. Tras esto, Lori se va. Al día siguiente le preguntan a Shane de que es ese arañazo y éste no dice nada. Lori se va acostar con Rick y empieza a llorar pero tampoco le cuenta nada a su marido. Por tanto, aquí vemos como recae parte de la culpabilidad en Lori, que además de pasearse enseñando las piernas, había mantenido una relación anterior con Shane lo que, en cierto modo, viene a justificar la actitud de éste junto con que se encontraba borracho. Esto se nos confirma por el hecho de que Lori no le cuenta nada a su marido ni a nadie ya que sabe que en cierta parte es culpable por haber mantenido esa relación extramatrimonial, a pesar de que ella creía que Rick estaba muerto, y ésta actitud de Shane es, en cierta medida, un castigo por ello.

Shane, por tanto, adopta a lo largo de los primeros capítulos la posición de claro líder, con su inseparable pistola en la mano, compartiendo posteriormente esta posición con Rick. Lori obedece a ambos y solo una vez, en el primer capítulo, intenta imponer sus ideas. Así, dice que sería buena idea poner carteles en la carretera de Atlanta para advertir del peligro de llegar a esta ciudad, que está tomada por los zombies. Shane le dice que no irá a lo que ella le responde “sí, señor” y se va enfadada. Shane va detrás de ella y le dice que lo tiene que hacer por su hijo, que ya ha sufrido bastante, ella entra en razón y se besan.

Pues bien, este tipo de escenas en que los hombres son los héroes protectores y las mujeres se encargan de la familia y del sentimentalismo se repiten a lo largo de toda la serie.

El segundo papel femenino a analizar es el de Andrea. La vemos por primera vez en el segundo capítulo y se nos presenta como una chica dura que incluso llega a apuntar con una pistola en la cabeza a Rick la primera vez que lo ve. Sin embargo, luego Rick le explica como quitar el seguro del arma, ya que le había apuntando con el seguro puesto. Es decir, se nos presenta a la única mujer que tiene un arma en la película como una auténtica inútil que no sabe, ni siquiera, que para poder disparar hay que sacar el seguro.

Posteriormente en ese mismo capítulo y debido a que se encontraban encerrados en un centro comercial decide fijarse en las joyas que la rodeaban y coger una que le gustaba mientras los zombies estaban aporreando la cristalera del edificio para poder entrar. Esta escena, me ha parecido de una frivolidad absoluta, en la que se nos muestra a una mujer preocupada por su belleza y por las cosas materiales, a pesar de que se acabe el mundo y de estar rodeada de zombies. Pero, después decide regalarle esa joya a su hermana por su cumpleaños. No obstante, antes de que pueda dársela el campamento en el que se encuentran sufre un ataque zombie en el que su hermana, Amy, muere. Una vez muerta, permanece agarrada a ella hasta que se convierte en zombie para decirle cuanto la quiere y lo mucho que siente todo lo ocurrido antes de darle un tiro en la cabeza. Por lo tanto, se le atribuye al papel de Andrea un gran sentimentalismo, llegando incluso a arriesgar su vida esperando a que su hermana resucite como zombie para así expresarle sus sentimientos hacía ella.

Por otra parte, Andrea y Amy tejen una relación especial con Dale, el hombre más anciano del campamento. Se trata de una especie de relación padre-hijas. De este modo, Dale le manifiesta a ambas que son lo único que le preocupan y, en el último capítulo, convence a Andrea para que lo acampañe fuera del refugio que va a explotar, salvándole así la vida. Es decir, aquí el hombre, en este caso Dale y en el rol de padre, vuelve a interpretar el papel de hombre protector y necesario para la mujer.

Por su parte, Carol es una mujer casada y con una hija pequeña. Su marido Ed la maltrata. Así, estando las mujeres lavando en el río de le da una bofetada a Carol, el resto de mujeres le empiezan a gritar y viene Shane, que vio la escena, a pegarle un gran número de puñetazos y a amenazarlo de muerte si vuelve a tocar a su mujer. Aquí, volvemos a ver la actuación del hombre protector, en este caso Shane, en el rol de héroe o salvador que defiende y saca del maltrato a una mujer que sufre violencia machista. En mi opinión, quizás sin intención, se transmite una idea de que una mujer que sufre malos tratos no puede salir de ello sola porque no es lo suficientemente valiente, sino que necesita el apoyo y el empuje de un hombre que la venga a rescatar.

Jacky, por último, desempeña un papel secundario. Sin embargo, me gustaría destacar que es la única que al final se queda en el refugio, junto con el doctor, cuando explota porque se rinde y cree que no queda nada más en el mundo y que no merece la pena luchar. Es decir, se vuelve atribuir a la mujer la cualidad de cobarde.

También debo destacar que las mujeres de la serie aparecen, siempre desarrollando tareas tradicionalmente consideradas femeninas. Así, por ejemplo, aparecen planchando, tendiendo ropa, o lavando ropa en el lago todas juntas. La única actividad “masculina” que aparecen realizando es la de pescar, Andrea y Amy, las dos hermanas. Sin embargo, luego se nos explica que esto es gracias a las enseñanzas de su padre con el que aprendieron todo lo necesario para poder pescar.

Así, por ejemplo, Carol manifesta dos veces en el mismo capítulo que lo que más echa de menos es su lavadora. Esta, es un mensaje claramente sexista y retrogado, utilizado, asimismo, por una marca de lavadoras en un anuncio hace bastantes décadas en España, en el que se instaba a la mujer a que le pidiera a su marido que le comprara una lavadora que sería un buen regalo para ella.

Por todo lo expuesto, no solo no hay mujeres guerreras en esta serie sino que las que aparecen son relegadas a un segundo puesto con respecto a los hombres, desempeñando el papel de “mujer de”, “madre de”, “hija de”. Además se les atribuyen cualidades tales como sentimentalismo, dependencia o debilidad. También se explota su lado sexual, en el caso de Lori de forma clara y se les pone a desempeñar roles tradicionalmente femeninos, ridiculizándolas en el caso de que opten por alzar la voz o por hacer algo de hombres (como en el caso de Andrea que dispara con el arma con el seguro puesto).

Por tanto, en esta producción de zombies se ha dado un paso atrás, con respecto al papel de la mujer en el cine en los relatos de acción, obviándola totalmente para este papel y presentadonos una mujer mucho más cercana a la Bárbara de Gerge A. Romero que a la Bárbara de Tom Savini.

El lamentable papel atribuido por la mujer me parece especialmente peligroso al tratarse de una serie como esta que ha alcanzado en poco tiempo una gran fama mundial (ha sido estrenada en 120 países) convirtiéndose en un claro producto de la cultura popular y que, sin duda alguna, constituye un paso atrás para el movimiento feminista moderno a favor de la igualdad de sexos.

¿Son los zombies considerados personas?

Acerca de si los zombis son considerados o no personas en esta producción debo decir que no se nos da una respuesta clara sino que se nos muestra a lo largo de todo el relato dos posiciones contrapuestas.

Sin embargo, lo primero que debo decir, que los zombies no son tratados con la crueldad con la que se tratan al final de la película de Tom Savini en la que son humillados y utilizados para la diversión de los humanos, haciendo de esta manera una crítica voraz al capitalismo, según el texto de Barry Keith Grant. También hay que tener en cuenta que en ningún caso pretende ser un ralato tan crítico como el de Tom Savini sino que al final de la temporada el doctor que se encuentra en el centro de investigación explica a los protagonistas que a pesar de que intentaron hacer avances en buscar una cura para tratar a los humanos convertidos en zombies, estos últimos no son humanos ya que al morir una persona, el cerebro muere con ella y lo único que queda son una especie de actos reflejos. Así, lo que se considera la parte humana de una persona desaparece. Al margen de esto, que a mi me parece una especie de justificación al final de la temporada para reconfortar las conciencias de los personajes, restándole culpabilidad y aprobando su actuación, es decir, una especie de ratificación de que los protagonistas son los buenos y los zombies los malos, surgen dos posturas diferentes a la hora de abordar el tema a lo largo de toda la serie.

Por una parte están los personajes como Rick, que considera que los zombies deben de ser tratados con una cierta humanidad y deben de matarse únicamente en casos en los que sea necesario para garantizar la supervivencia.

Otro motivo al que se recurre para justificar la muerte de un zombie es acabar con su sufrimiento, si se trata de personas conocidas. De este modo, Rick mata a su compañero policía transformado en zombie, o Morgan mata a su mujer alegando el mismo motivo.

Esto se expresa también en el ritual seguido por Rick, antes de descuartizar a un zombie. Así, Rick traza el plan de hacer pedazos el cuerpo de un zombie muerte para restregarse con su carne, que se le quede pegado su olor y poder salir a la calle que está llena de zombies sin que sean descubiertos y, por tanto, comidos. Para ello, debe cortar un zombie en pedazos de carne. Pero antes de proceder a esta labor le saca la cartera, coge sus tarjetas y las lee en voz alta haciendo referencia a quién es, donde vivía, a que se dedicaba, etc. Es decir, dice unas palabras de recuerdo como si de un funeral se tratase. Este mismo ritual se repite cuando los zombies atacan el campamento y causan varias muertes. Se decide hacer dos montones, uno para quemar compuesto por los zombies muertos y otro para enterrar formado por por las personas del campamento matadas por zombies.

Por otra parte, están Daryl o Merle Dixon que matan a zombies considerándolos sucios infectados, incluso disfrutando de poder matarlos, y que, en ningún momento se plantean la posibilidad de que los zombies puedan seguir siendo personas.

Estas dos posturas enfrentadas se muestran con claridad en un diálogo del capítulo 4. La situación es que una persona del campamento, Jim, es mordido por un zombie y no saben qué hacer con él, si matarlo o intentar buscar una cura. El diálogo es el siguiente:

Daryl quiere matarlo (a Jim) de un tiro o un golpe en la cabeza

Shane: “¿Eso es lo que quisieras si fueras tú?”

Daryl : “Si, y te daría las gracias mientras lo hicieras”.

Rick: “Jim no es un monstruo, o un perro con rabia (…) Es un hombre enfermo. Si empezamos así, ¿dónde ponemos el límite?”

Daryl: “El límite está bastante claro. Tolerancia cero con los caminantes (zombies) o con los que están convirtiéndose”

Rick: “¿Y si podemos conseguirle ayuda? Nosotros no matamos a los vivos.”

Por tanto, aquí vemos claramente dos conceptos diferentes de cuando una persona deja de ser una persona y pasa a convertirse en zombies. Para Daryl se deja de ser persona en el mismo momento en que se recibe un mordisco de un zombie. Para Rick se deja de ser persona en el momento en que se muere. Un zombie, por tanto, no es una persona.

En resumen, si bien los zombies no son considerados estrictamente personas por ninguno de los personajes de la serie, confirmándose esta teoría al final con la explicación del doctor, si que podemos observar dos maneras muy diferentes de tratarlos (como una especie de monstruos o con una cierta compasión o sensibilidad). Además, se intentó en los laboratorios encontrar una cura para ellos y parece que queda abierta la posibilidad para que en las siguientes temporadas de la serie se pueda seguir por este camino, a pesar de que el doctor dice que él cree que no hay más laboratorios funcionando en el resto del mundo.

Como conclusión final debo decir que si bien la serie generó unas altas expectativas, a mi me decepcionó mucho el papel ofrecido por la mujer en ella. Quizás me esperaba un papel de la mujer más parecido al desempeñado por Kate en Perdidos, que si bien está constantemente involucrada en tramas amorosas, por lo menos participa activamente en las escenas de acción. Sin embargo, el planteamiento dualista en la forma de tratar los personajes si me parece acertado para generar el debate de qué podemos considerar personas y cuando se deja de serlo.

26 ene 2011

El machismo en la cultura Hip Hop

TECLADO INVITADO: Javier Regueiro López

En mi trabajo lo que pretendo analizar es el rol que juega la mujer en la cultura hip hop una cultura en la que la participación de la mujer es mínima en relación al hombre y una cultura que es considerada algo sexista.

Antes de entrar a analizar la participación de la mujer en la cultura hip hop en el momento actual hay que hablar del origen de esta cultura que puede ser uno de los fundamentos de esa poca presencia de la mujer ya que se trata de una cultura que surgió en Estados Unidos y en los barrios más pobres de algunas ciudades entre un ambiente de violencia y siempre muy relacionada a la vida en la calle. Estas facetas de las que he hablado: la vida en la calle o la violencia son siempre más asociadas a la forma de vivir del hombre y no a la mujer que tradicionalmente y en el momento que surge esta cultura sigue considerándose que su lugar está en la casa, no en la calle. También se caracteriza esta cultura por la competitividad, una característica que en ese momento, en que surge el hip hop, no se asocia al carácter femenino sino que es más bien propia del hombre. Así los distintos artistas compiten a través de la música por mostrarse como los más ingeniosos, retándose y llegando a insultarse en sus canciones. En muchas ocasiones la rivalidad incluso ha trascendido más allá de la música y ha desembocado en enfrentamientos en la calle y muertes.

Todo esto quizás es el fundamento de que desde un inicio la mujer tuviera una mínima presencia en la escena hip hop y explique el sexismo que desprenden las letras de las canciones. No obstante, con los años han ido apareciendo artistas femeninas y también dentro del público ha aumentado en gran cantidad el seguimiento femenino, algo que, sin embargo, no ha impedido que se siga mantenido dentro de las canciones una visión bastante ‘machista’ del rol de la mujer en la sociedad.

Con estos antecedentes el hip hop llega a España en la década de los ochenta y desde el primer momento la presencia de la mujer en esta cultura es marginal y, aún, a pesar de que es una cultura que con los años va evolucionando enormemente y extendiéndose a lo largo de los noventa, principalmente entre la gente joven dentro de las ciudades, la mujer sigue teniendo una presencia mínima. Quizás sea a partir del nuevo siglo cuando empiezan a aparecer artistas hip hop femeninas en la escena musical que aportan un nuevo punto de vista y van a reivindicar el papel femenino dentro de esta cultura tan masculina.

Aun con todo, a pesar de que parece que las mujeres comienzan actualmente a introducirse más en esta cultura, sigue siendo muy mayoritariamente masculina y en las letras de las canciones podemos seguir observando ese machismo que vamos a analizar más adelante.

De las distintas manifestaciones en las que se desenvuelve esta cultura voy a centrarme en la musical, que quizás sea la principal manifestación de la misma y donde más claramente podemos analizar ese sexismo.

También hay que decir que dentro del hip hop se pueden encuadrar una gran cantidad de estilos musicales (rap, reggea, reggeton, funk, etc.) y no en todos ellos la forma de tratar a la figura femenina ni su participación es la misma. Por ello voy a diferenciar el rap, que es el estilo más representativo de esta cultura, y el reggaeton, un estilo que ha aparecido recientemente en la escena española y que rápidamente ha alcanzado un gran éxito.

La mujer en el rap

Como ya dije en la introducción hoy día la presencia de la mujer en el rap ha aumentado mucho en los últimos años, tanto entre las artistas como entre el público. Así encontramos artistas femeninas que gozan de gran éxito como Ariadna Puello, La mala Rodríguez, etc. y tienen un gran número de seguidores tanto masculinos como femeninos. Estas artistas, entre otras, intentan huir de ese machismo en sus letras y defender el papel de la mujer, tanto dentro del hip hop como en la vida en general. En ocasiones incluso podemos observar en algunas de sus letras como adoptan una posición que se podría calificar de “feminista” equiparándose así a la forma de actuar de los artistas masculinos y reivindicando el papel de la mujer, tanto dentro de la cultura hip hop como en la sociedad y, criticando el machismo del resto de artistas hip hop.

También hay que decir que han aparecido recientemente festivales hip hop femeninos con la intención de luchar contra el machismo de esta cultura y dar la oportunidad de actuar a artistas femeninas que no gozan del mismo seguimiento que los masculinos aún cuando su música sea de más calidad.

No obstante, hay que decir que los artistas más representativos de la escena del rap en nuestro país siguen siendo claramente hombres y, salvo algún caso aislado de algún artista en el que resulta difícil, en general, dentro de las canciones de la mayoría de artistas, es fácil encontrar manifestaciones machistas sobre todo enfocadas en el trato de la mujer como objeto sexual, esto podemos observarlo en canciones de Violadores del verso y Tote king que quizás se trate del grupo y del artista respectivamente más representativos y con mayor éxito tanto de crítica como de ventas en la escena de nuestro país. A modo de ejemplo podemos citar canciones donde con total claridad la mujer es tratada como un mero objeto sexual como “Ven” de Tote king o “Quieres” de Violadores del verso. Además se puede decir que, en general, en la mayor parte de su obra musical esta presente esa consideración de la mujer como objeto sexual y de deseo por encima de cualquier otra faceta que pueda ejercer la mujer.

La mujer en el reggaeton

El reggaeton se trata de un estilo musical, que se puede encuadrar dentro del hip hop, el cual ha irrumpido recientemente en la escena musical de nuestro país alcanzando un gran éxito de inmediato entre el público joven en general, incluso más allá de los seguidores de la cultura hip hop, y asentándose como música típica de los locales de fiesta nocturnos.

Se trata de un tipo de música en el que sobran ejemplos de machismo y letras donde la mujer es tratada como mero objeto sexual y también en muchos casos se fomenta que los hombres traten mal a las mujeres, por no hablar de los videoclips musicales que hacen muchos de los cantantes de este estilo musical donde abundan las mujeres semidesnudas adulando con sus encantos al músico, ni del “perreo” un tipo de baile que se asocia a esta música con un alto contenido erótico y sexual.

El éxito que tiene el reggaetton en los locales nocturnos me parece digno de análisis ya que se trata de un tipo de música que a priori se aleja mucho de lo que tenía tradicionalmente éxito en esos locales, sin embargo, hoy día es uno de los estilos con mayor presencia en los locales donde acude la gente joven. Quizás sea el hecho de que las letras de esta música fomentan el sexo, el alcohol y el baile lo cual se adapta perfectamente a ese ambiente. O quizás lo que ocurre es que se trata de una música hecha para sonar en ese ambiente, un ambiente bajo mi punto de vista muy frívolo y sexista donde los papeles del hombre y la mujer están estereotipados y donde el atractivo sexual es el elemento dominante. Lo que puede llevar a pensar que quizás sea esto lo que provoque que se utilice ese machismo en las letras y las canciones de reggeaton porque el ambiente para el que están echas es sexista, sabiendo así de antemano que en esos locales va a gozar de aceptación.

En conclusión creo que el hip hop sigue siendo una cultura bastante machista, no obstante, que sea generalmente una cultura machista no quiere decir que todos los artistas y seguidores lo sean, ni todas las canciones. Lo que ocurre también, es que, tradicionalmente, si que ha sido una cultura machista y los artistas que van apareciendo en la escena, como es lógico, toman como referente para empezar a elaborar sus letras y música a artistas anteriores lo cual provoca en muchos casos que, además de asimilar su música, también se hagan eco de ese sexismo.

No obstante, como ya he dicho anteriormente, las mujeres cada vez van teniendo una participación mayor y más frecuente dentro de esta cultura e intentan reclamar para sí un trato igual a los hombres y denunciar ese sexismo. Aparte de que se puede encontrar también a muchos artistas masculinos concienciados de evitar ese sexismo para intentar limpiar esa imagen machista del hip hop.

Ahora bien, un caso diferente es el reggaeton una música en la que la mujer es utilizada como objeto sexual en la mayoría de canciones y predeterminadamente construida para un ambiente machista. Y parece un estilo que no puede entenderse de otra forma que no sea tratando a la mujer como objeto sexual.

También resulta curioso el éxito que tiene el reggaeton entre el publico femenino, ya que, a diferencia del rap, que tiene un publico mayoritariamente masculino, en el caso del reggaeton, aún, tratándose de una música claramente machista y en la cual la mujer es habitualmente tratada como objeto sexual, goza de gran seguimiento entre el público femenino. Así, bajo mi punto de vista, en muchos casos el propio fundamento de la existencia de ese machismo en esta música como en otro tipo de manifestaciones culturales de cualquier tipo se puede encontrar, en cierta medida, en que ciertos sectores de la sociedad siguen siendo machistas o al menos asumen sin disconformidad expresiones machistas, y están dispuestos a adquirir productos con contenidos machistas, ya que, si el consumidor no accediera a ellos seguramente no se producirían discos con esos contenidos. Esto me parece fundamental y es algo en contra de lo que deberíamos concienciarnos todos para cambiarlo.

13 ene 2011

Snuff Movies: torturas, asesinatos y violación en el cine y en la red

Con esta entrada doy comienzo a la difusión de algunos de los trabajos realizados a lo largo del curso de Filosofía del Derecho que acaba de finalizar. Son sólo una pequeña y variada muestra del trabajo realizado.

TECLADO INVITADO: ANTÍA RODRIGUEZ RIVAS

La Filósofa italiana Michela Marzano en el libro “La muerte como espectáculo” hace un estudio sobre las imágenes violentas que circulan por internet, cuestionándose si esos miles de espectadores las visionan por considerarlas una fuente de información o por intriga ante la muerte en directo, si realmente debemos permitir su accesibilidad, pues ésta conduce a la indiferencia.

Trata el tema de las películas Snuff, a las que califica de clandestinas, de público restringido, por las que se pagan grandes cantidades de dinero y que recogen la humillación, el sufrimiento y la muerte reales. Podemos hablar de una evolución desde los rumores que comenzaron a circular sobre esas películas en los años setenta hasta la situación actual, y que la autora recoge en este ensayo, denunciando la indiferencia frente al sufrimiento de los demás, la cual es consecuencia de la vuelta al sacrificio humano.

Joseph Horman (sargento de la policía de Nueva York), en 1975 habló de la existencia de películas clandestinas en rollos de 8 mm. El New York Post y el Daily News trataban las investigaciones del FBI sobre esas cintas. En registros de la policía se encontraron películas que mostraban violaciones y muertes reales realizadas por asesinos en serie. Sin embargo su finalidad no era su difusión ni comercio, por lo que no se pueden considerar verdaderas Snuff. La industria cinematográfica empieza a tratar el tema en películas como Hardcore (1979), Videodrome (1982), Tesis (1996) y Asesinato en ocho milímetros (1999).

Comienzan a salir en internet vídeos de mala calidad que muestran malos tratos, violaciones y asesinatos reales, como los malos tratos y asesinatos a civiles del año 2000 en Chechenia, la ejecución de Sadam Husein (2006), etc. El problema es el espectáculo formado alrededor de esos vídeos, cuyo objetivo no es la información (como las imágenes tomadas por los reporteros) sino el entretenimiento, la diversión que causan a quienes las visionan.

Surge en Inglaterra en el año 2004 un nuevo fenómeno social llamado “happy slapping” (“felices bofetadas”), que consiste en agredir a una persona mientras otra filma con una cámara o un teléfono móvil, después se difunde en internet con el objetivo de que esa situación, que pretende humillar a la persona, sirva de entretenimiento.

Esto que expone la autora es la situación actual, se ha formado un espectáculo alrededor de estos vídeos, que causan admiración, divertimento (Marzano hace referencia a la similitud de esta “realidad horror” con el Circo Romano y las ejecuciones públicas de la Edad Media, que movían multitudes) o total y absoluta indiferencia. Hacia el final del libro, Michela concluye que “mirar la tortura o el asesinato de alguien en directo puede desestabilizar, repugnar, dejar indiferente, excitar, pero en ningún caso informar sobre la realidad”; se deben analizar los acontecimientos con imágenes explícitas pero no conducir a ese espectáculo, y tampoco es la censura la respuesta, sino hacer entender al público que esas imágenes no son información, lo que analizaré más tarde.

Las Snuff Movies son películas clasificadas, dirigidas a su comercialización ilegal, que muestran torturas y todo tipo de vejaciones y terminan con la muerte real de la víctima. Se las relaciona con ritos satánicos, redes pedófilas pero sobre todo, con millonarios que pagan por ellas grandes sumas de dinero. Es imposible encontrar verdaderos ejemplos de snuff movies por su distribución marginal. Se dice que la protagonista es a veces víctima de un secuestro, y otras veces, se trata de un film sadomasoquista en el que la actriz participa de forma voluntaria, sin saber que terminará siendo asesinada. Respecto a los lugares donde son supuestamente filmadas algunos opinan que en selvas sudamericanas, playas tailandesas, en la residencia de algún rico empresario, en El Paso en la frontera entre México y EEUU… Se sigue discutiendo su existencia, habiendo quienes sostienen que son un invento para sacar dinero. Sea como sea, en 1980 Al Goldstein (director de la revista Screw) ofreció 250.000 dólares y hace unos años, Frank Henenlautter (director de cine hardcore) un millón, a quien le mostrara una verdadera snuff y nadie se presentó.

Se aviva la creencia en ellas por hechos diferentes, como que la policía italiana desmanteló una banda en Moscú que torturaba niños y luego vendía las imágenes; The Times, en el 1990 publicó que tras una investigación policial había evidencias de asesinatos de inmigrantes mexicanos para películas snuff. Entre los antecedentes de las snuff, está una cinta del año 74 exhibida en algunos cines de Nueva York, con el título “Snuff” de la cual se decía que tenía escenas reales de un crimen. Para promocionarla se utilizó la frase “filmada en Sudamérica, donde la vida es barata”. Es a partir de aquí cuando surge el interés y la morbosidad por este tipo de películas.

Del asesino en serie David Berkowitz se dijo que filmó el asesinato de Stacy Moskowitz en Brooklin, en el año 77, para vender la cinta a un empresario aficionado al porno. Hay montones de casos más, declarados falsos por el FBI y otras Agencias de Policía. Sea como sea, me remito a lo dicho por Joel Schumacher (que también recoge Marzano en su libro), “no solamente quisiéramos no ver nunca películas de este tipo, sino que, en lo más profundo de nosotros mismos, rezamos para que no existan realmente…”, y el director de Hardcore, Paul Schrader “…es posible que existan, pero existan o no es menos importante que la creencia de la gente en su existencia; es la voluntad de creer en una fantasía maligna. Eso hace al mito interesante”; por ello han despertado el interés de la gente, y muchas series de televisión, cómics manga y películas versan sobre el tema, como las siguientes:

- “El Fotógrafo del Pánico” (1959) de Michael Powel, sirve de precedente a las demás (y según alguno, a las reales), en ella un psicópata consigue captar el rostro de sus víctimas (mujeres muy bellas) en el momento en que están muriendo.

- “Hardcore” (1979) de Paul Schrader, trata de la búsqueda de un padre a su hija desaparecida, a la que al final logra rescatar del mundo del porno en el que voluntariamente había entrado, y llevarla a casa, no sin antes presenciar una snuff movie en la que mueren 2 personas (no es muy agresiva, a diferencia de las que aparecen en películas posteriores, pues no hay tortura).

- “Videodrome” (1982) de David Cronenberg, en ella, el protagonista descubre que además de pornografía sadomasoquista, una cadena de televisión por cable emitía películas snuff.

- “Tesis” (1996) de Alejandro Amenábar, recoge la situación que Ángela (Ana Torrent) descubre al buscar información para su tesis sobre la violencia en el medio audiovisual; su director de tesis muere tras visionar un film, que resultó ser una snuff film en la que asesinaban y torturaban adolescentes, estando involucrados un profesor y un alumno (un poco psicópata).

- “Asesinato en ocho milímetros” (1999) de Joel Schumacher; el protagonista es un detective privado (Nicolas Cage), que investiga una película encontrada en la caja fuerte de un millonario fallecido, en la que torturaban y finalmente mataban a una jóven; al final del film se descubre que había sido encargada por el fallecido, a cambio de una gran cantidad de dinero.

- “La Cámara Secreta” (2002) de Marc Evans; el film empieza con un anuncio en internet que busca participantes para un Gran Hermano que se trasmitirá por internet, pero los seleccionados terminan descubriendo que realmente se trata de una snuff movie, en la que ellos serán las víctimas.

à “A serbian film” (2010), de Srdjan Spasojevic y la censura.

El protagonista es Milosh, que ha sido una figura muy importante del porno serbio, atraviesa una mala situación económica, teniendo que participar en películas (porno) de escasa importancia para conseguir dinero. Está casado y tiene un hijo pequeño. Una antigua compañera de trabajo lo pone en contacto con Vukmir, quien quiere contratarlo para una película porno a la que define de experimental y artística, sin darle más referencias. Milosh termina aceptando la oferta, y comienza un rodaje un tanto particular, que aviva la desconfianza del protagonista (pues no quiere realizar ningún tipo de tortura y mucho menos trabajar con menores). Cuando decide poner fin a su participación en el film (pues no cambia su decisión pese a su conversación con Vukmir, quien le muestra una cinta de un coito con un recién nacido, a la que define como “un género nuevo”), es drogado con afrodisíaco para ganado, y termina realizando las depravadas órdenes de Vukmir (torturas, violaciones, asesinatos, pedofilia, etc).

Se trata de una película polémica, sobre todo por las imágenes de incesto y pederastia; se ha convertido en un símbolo de la libertad de expresión, y por ello recibió el Premio Especial del Público en la “XXI Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián” (donde no pudo proyectarse por poder incurrir en un supuesto delito contra la libertad sexual).

Sin embargo no entiendo esta censura, pues como dice Nacho Vigalondo “la representación de un delito jamás puede ser equiparable al delito en sí mismo”. Es una película dura, provocadora, con escenas que impactan, pero no deja de ser ficción. Además nos transmite una sensación de repugnancia no sólo por las imágenes desagradables, también por el hecho de que las realiza una persona a la que también le resultan depravadas, pero las realiza por estar bajo el influjo de las drogas. Esto permite al espectador reflexionar sobre cuestiones como la pederastia, la tortura y las violaciones, que son una realidad hoy en día, desde luego el film no deja indiferente a nadie (también muestra coitos con cadáveres).

En muchos foros se comenta que las prohibiciones de las que está siendo objeto el film son una muestra de intolerancia, una vulneración del derecho a la libre expresión, etc, y en realidad considero que es así, pues quizás el problema sea no los temas que trata, sino que es demasiado explícita, pero no por ello debe ser censurada, se debe dar la opción a una persona adulta de verla o no, y extraer sus propias conclusiones.

El fenómeno de la censura surge en el primer tercio del siglo XX, cuando distintas asociaciones vecinales y religiosas comenzaron a realizar protestas sobre los contenidos de las películas, considerando que causaban un influjo negativo en los jóvenes, siendo respaldados por la ciudadanía, lo que obligó a retirar del mercado cinematográfico todo el material considerado ofensivo. Este fenómeno afectó durante años a los proyectos de las cinematográficas, entre ellas las europeas, a las que se incentivó con ayudas económicas para realizar un control de los contenidos. Pero generalmente la censura se realiza a la película ya producida, prohibiendo su difusión, o en muchos casos eliminando escenas que no podían verse en un determinado país, por su contenido moral, político o religioso (en nuestro caso, la censura franquista).

En su ensayo, la filósofa Michela Marzano, al tratar el tema de los vídeos con violencia y asesinatos reales que circulan por internet, concluye que la censura no es la solución (postura que comparto), que hay que concienciar a la gente, pues visionar íntegramente esos vídeos no supone estar informados, pues si en este caso la censura no es viable, menos aún en una escenificación. No hay nada de malo en ver una película que lo que hace es mostrarse crítica respecto a esas acciones (y esa finalidad crítica persigue su director), lo malo es ver vídeos reales cuya finalidad es precisamente incentivar las conductas que recogen y aún por encima muestran sin filtro alguno el sufrimiento o humillación reales de las personas, e incluso la privación de la vida. La censura sólo provoca mayor interés, le da mayor importancia y publicidad a la película (o vídeo), y la censura no ha impedido la difusión del film por internet.

El problema de este tipo de películas, no es el mensaje que pretenden transmitir, no son los hechos que recogen en sí (pederastia, incesto, violaciones, torturas…), pues son temas reales pero escenificados, el problema son las imágenes explícitas, pero su visualización debería quedar a decisión de los espectadores potenciales, al igual que en el resto de películas, no se puede “hacer callar” a los directores.

19 nov 2010

La violacion en el cine

TECLADO INVITADO: LETICIA BARRIO SOTO

El visionado de las escenas concretas de violaciones que hemos analizado en clase [Broken Blossoms, Lo que el viento se llevo, Perros de paja, Terciopelo Azul, Salsa rosa, Kika, Baise-moi, Irreversible, Acusados], a todas luces es desagradable. No entiendo qué se pretende aportar a la sociedad o al mundo del cine al filmar escenas tan dantescas y que, como señalábamos en clase, parece que cada vez se dedica más tiempo en cada película a ese tipo de escenas.

Es muy plausible el hecho de que a través del cine se intenté llevar a cabo una campaña de concienciación acerca de la violencia sexual sobre la mujer, pero entiendo que se puede conseguir lo mismo si esa labor de concienciación se hace de un modo más implícito. Es decir, en general sabemos que una violación es una acción completamente reprobable, porque supone una vejación de la mujer, una total sumisión a la voluntad del hombre, supone también el que la mujer se convierte un mero objeto, supone una vulneración de derechos, etc.; pero todo eso lo sabemos, o por lo menos lo sabe una amplia mayoría de la población, de forma intrínseca a la propia condición del Ser Humano, porque nuestra propia concepción moral, nuestro propio código de conducta, y el propio código ético que ha establecido la evolución social nos lo han enseñado así.

Es cierto que hace años no teníamos esta concepción, sino que la mujer era un mero objeto que estaba sometida a la libre disposición del hombre, no sólo dentro de su ámbito personal más cercano. Pero lo que no podemos negar es que sí se ha producido esa evolución.

Entonces ¿hay una necesidad real de filmar este tipo de películas? A mi juicio no, o por lo menos no de esta manera, porque como se ha dicho a la mañana estas escenas se han desfragmentado de esas películas y han acabado figurando en el "top ten" de las escenas más vistas, pero ¿más vistas por quién? Sinceramente no creo que el 80% de las personas que visualizan esas concretas escenas sea para analizarlas y concienciarse, sino que creo que por lo menos ese 80% lo hace para saciar alguna necesidad repugnante y que realmente obtienen placer al contemplar el sufrimiento de la mujer. Y si, pese a que ese no sea el interés del Director, sino todo lo contrario, es decir, pese a que su fin último sea concienciar a la población, lo que se está consiguiendo es alimentar la filmoteca de estos sujetos.

Porque realmente creo que con lo menos se puede llegar a conseguir lo más, es decir, que con una concreta escena como en el caso que decíamos de la actuación de Buck a Beatrix Kiddo en Kill Bill, sin mostrar expresamente las imágenes concretas de las violaciones, el espectador claramente se da cuenta de la crudeza de la situación.
Otro caso que me gustaría mencionar es el de la película ’Baise-moi'. La protagonista que actúa de un modo pasivo en el momento de la violación, al final dice algo como que no hay que darle mayor importancia, que ese hecho no convierte a las mujeres en víctimas,.... Y la lectura que se extrajo en clase fue positiva sobre estas palabras, pero yo creo que lo que no hemos analizado realmente es que esas palabras lo que están dando a entender no es que le esté quitando importancia al hecho para no sufrir no quedarse marcada por eso, sino que entiendo que lo que podemos extraer de esas palabras es que la protagonista en cierto modo se resigna, diciendo bueno, no hay que montar un drama por esto porque no es la primera vez que ocurre, es decir, que parece como que simplemente tenemos que convivir con la posibilidad de que un buen día alguien por el hecho de ser mujer y supuestamente estar en inferioridad de condiciones tengamos que soportar este tipo de violencia sexual.

Bien, y planteábamos también la disyuntiva de que ¿cómo se puede dar una conferencia sobre este tema sin mostrar estas imágenes? Pues repito lo mismo, a veces con lo menos se puede lograr lo más, esto es, por ejemplo, para que una persona se de cuenta de la crudeza de una situación no hace falta mostrarle los 15 minutos en que un sujeto está apuñalando 20 veces a otro sujeto y enseñar lentamente cada puñalada, la sangre, la agonía... No, porque el espectador ante una situación de tal calibre ya toma conciencia desde el inicio no es necesario mostrarle todos los detalles macabros.

16 nov 2010

La mujer guerrera: orígenes y variaciones

Este jueves, 18 de noviembre, a las 20 hs. en la cuarta planta del Edificio de Hierro y en el marco de las jornadas municipales para festejar el dia de la mujer, daré una conferencia sobre mujer y violencia en el cine. Me centrare en la figura de la mujer guerrera y desarrollaré los argumentos encontrados centrándome en la protagonita de la película Kill Bill de Quentin Tarantino. Sostendré que hay manifestaciones de la mujer guerrera que, aunque no se ajusten a la ortodoxia feminista de los setenta, no pueden ser acusadas de reflejar la cultura patriarcal. Mi argumento, en el caso de Kill Bill, estará centrado en... Los espero mañana a las ocho para discutir a gusto sobre estos temas.

Para ir caldeando el ambiente, dos consignas de trabajos que se dirigen a los orígenes y a ciertas variaciones muy peculiares de la mujer guerrera en el cine.

[1] ¿Ripley (la protagonista de Alien) puede ser criticada apelando a las razones que esgrime Waites?
[2] ¿y Barbara en la remake de La noche de los muertos vivos de Savini?

10 nov 2010

La mujer guerrera en los videojuegos

TECLADO INVITADO: ANGEL PARADA CASTRO


Además del mundo del cine, la literatura o la tradición oral, la prevalencia del estereotipo de mujer guerrera se extiende a otros ámbitos culturales, como el del videojuego. Pese a que se trata de un medio relativamente reciente, no es difícil encontrar varios ejemplos que se ajustan a la perfección a la definición elaborada por Kate Waites en su artículo "Babes in boots: Hollywood's oxymoronic warrior woman".

El concepto de mujer guerrera puede sufrir ligeras variaciones según la época o la base cultural sobre la que se asiente, pero casi siempre presenta unas características comunes, cuyo origen se encuentra en una gran diversidad de mitos masculinos de diferente índole. La influencia del feminismo ha podido modificar, moderar y suavizar ciertos matices de su personalidad y modos de actuación, pero sus raíces masculinas permanecen inalterables y continúan siendo definitorias a la hora de establecer dicho concepto.

Es por eso que, curiosamente, ejemplos que, en un principio parecieran resultar formalmente distantes, como pueden ser las legendarias amazonas de la mitología griega; Judith, heroína del Antiguo Testamento o la femme fatale representativa del cine negro de la época dorada de Hollywood, una vez despojadas de los elementos estrictamente culturales que las conforman y atendiendo a su representación gráfica, modus operandi, y motivaciones podamos observar que sus similitudes son evidentes.

Las características básicas de la mujer guerrera se pueden resumir en cuatro:

1) Físico atractivo, reforzado por la utilización de trajes que resaltan sus atributos femeninos.
2) Dirigidas por una figura masculina, presente o ausente, a la que incluso pueden acabar dando la espalda, en clara alusión al complejo de Edipo.
3) Actúan por motivos maternales.
4) Ocupan un lugar subordinado al sistema convencional, algo que se refleja en ocasiones en sus apodos (Lady, Angels, Kiddo...).

El papel tradicional de la mujer en los videojuegos se circunscribía en un principio a mera damisela en peligro, un McGuffin cuyo propósito principal (y casi siempre único) era conducir al héroe a un largo camino con el objetivo de rescatarla de las garras del villano de turno. La inmensa mayoría de videojuegos clásicos con unas mínimas pretensiones narrativas (Super Mario Bros. -Nintendo, 1985-2010- , Final Fight -Capcom, 1989-, The Legend of Zelda -Nintendo, 1986-2010- , Dragon Quest -Enix/Square-Enix, 1986-2010-, Final Fantasy -Squaresoft/Square-Enix, 1986-2010-), etc.) se apoyan en esta premisa, relegando a la mujer no solo a una posición de inferioridad, sino también identificándola como un premio para el jugador hábil que consiga llegar al final del juego.

Con el tiempo, como la mujer constituía un reclamo para el público, ésta fue adquiriendo relevancia, hasta llegar a hacerse un hueco dentro de los grupos principales de héroes o antagonistas, pero sin abandonar sus características definitorias, por regla general, opuestas a las de sus contrapartidas masculinas. Sus bajos parámetros de fuerza y resistencia se compensan en parte con un gran potencial para la magia, requiriendo además la protección de una figura masculina, el cual hace las veces de caballero andante.

Actualmente no es raro encontrar ejemplos de mujer guerrera con un papel totalmente protagonista y autosuficiente. Es el caso de Samus Aran (Metroid, Nintendo, 1986-2010), en quien nos centraremos a partir de ahora en nuestro estudio.

Samus es una cazarrecompensas que desarrolla su actividad a las órdenes de la Federación Galáctica o por su cuenta, en un universo ficticio reminiscente de la saga Alien. Sus misiones la llevan a parajes inhóspitos, debiendo procurarse el equipo in situ para abrirse paso por zonas previamente inaccesibles.

A diferencia de la paradigmática mujer guerrera descrita por Waites, su apariencia externa durante la práctica totalidad de la aventura no responde a ningún cliché. Enfundada en un pesado traje de combate, que refuerza sus habilidades, confiriéndole una fuerza, resistencia y agilidad sobrehumanas, no hace uso en ningún momento de su feminidad para conseguir sus objetivos, es más, la oculta deliberadamente a fin de obtener un rendimiento imposible de conseguir de otro modo.

No obstante, su condición de mujer queda al descubierto en dos momentos clave, cuando muere y cuando finaliza su misión con éxito, en cuyo caso se recompensa al jugador que ha cumplido una serie de requisitos (completar la aventura en un lapso de tiempo determinado o rellenar la totalidad del inventario) con una imagen de Samus sin su armadura (o Power Suit), descubriéndose como una joven atractiva.

A pesar de haber nacido como un personaje mudo, sin líneas de diálogo, la aparición de secuelas fue aportando datos sobre su personalidad, ideología, objetivos y motivaciones, configurando un personaje mucho más complejo. Paradójicamente, el proceso conllevó una progresiva estereotipación, sobre todo a nivel de representación gráfica, con la inclusión de un traje alternativo al clásico Power Suit, el denominado Zero Suit, ceñido al cuerpo

Siguiendo esta línea de adecuación a la fórmula exitosa de la mujer guerrera, Samus está asimismo dirigida por una figura masculina. En Metroid Other M (Nintendo/Team Ninja, 2010), conocemos a su superior, Adam Malkovich, el cual ejerce una poderosa influencia sobre ella, indicándole el camino a seguir y autorizando o denegando el uso de armamento y/o habilidades. Al mismo tiempo, y dada la condición de huérfana de Samus, rellena el hueco de la ausente figura paterna, adoptando el rol de mentor.

Curiosamente, esta última entrega narra el reencuentro entre ambos personajes, después de que Samus tomase un camino diferente, sintiéndose “como si de algún modo hubiese traicionado a un padre”, apelando al complejo de Edipo.

Samus libra dos batallas, una para sobrevivir en territorio hostil y otra para dejar de ocupar un lugar subordinado al sistema convencional. Los apodos, en apariencia cariñosos, otorgados por sus compañeros y jefe (señorita, princesa), en el fondo posiblemente oculten una intención de minimizar su importancia en un mundo dominado por hombres. Samus en un principio no es bienvenida en el grupo de investigación liderado por Adam, pero se permite su presencia siempre y cuando acate sus órdenes, lo que refuerza la idea de sometimiento de la que habla Waites.

En cuanto a sus motivaciones, también en Metroid Other M se exponen de manera clara, a diferencia de gran parte de las entregas predecesoras, en las que, en general, poco o nada se describía al respecto. Samus se adentra en la accidentada Nave Botella al escuchar un mensaje de socorro del tipo “llanto de bebé” proveniente de la misma. Actúa, por tanto, motivada por su instinto maternal, el mismo instinto que provoca que le invada un sentimiento de culpabilidad por no haber podido proteger a la cría de metroide que le salvó la vida.

Así pues, Samus cumple los requisitos enumerados por Waites, demostrando que el arquetipo de mujer guerrera trasciende todo tipo de fronteras, físicas o culturales.

29 oct 2010

Feminismo y Postfeminismo

He aquí una aproximación muy simplificada a las discusiones en torno al feminismo y el postfeminismo. He utilizado como fuentes los libros de Suzanne Ferriss y Mallory Young, Chick flicks. Contemporary women at the movies, New York/London: Routledge, 2008, pp. 1-25; y de Sarah Projansky, Watching Rape. Film and Television in Postfeminist Culture, New York-London: New York University Press, 2001. Solo nos servirá como primera aproximación al tema. Las traducciones no estan muy cuidadas, así que no se las tomen al pie de la letra.

El feminismo –tal como surge en la segunda ola en los años setenta- pone el acento en la acción política, los movimientos políticos y las soluciones políticas. Su lucha básica es por la igualdad de la mujer en la sociedad y por la resistencia y crítica a las estructuras patriarcales dominantes. La elección de las mujeres es colectiva: deben luchar por su derecho a NO tener hijos y a NO ejercer sólo carreras profesionales principalmente relacionadas con niños. Rechazan –o al menos cuestionan- la feminidad por considerarla una proyección del deseo masculino sobre la mujer. Desarrolla una actividad sospecha frente a la cultura popular y a los medios de comunicación y llama a la resistencia frente al consumismo que en ellos se apoya y difunde.

El posfeminismo es un término con el que se alude a un conjunto de posiciones muy variables y en ocasiones contradictorias, pero que se puede entender como una limitación de las posiciones feministas tradicionales. Defiende la esfera personal como constitutiva de lo político –la actitud reemplaza a la agenda de cuestiones políticas. Se rechaza la furia contra la llamada cultura patriarcal dominante y se abandona la actitud de sospecha frente a los medios de comunicación y la cultura popular. La elección de la mujer es principalmente individual, no importa si recae en la familia, la carrera, la cirugía estética o el color de uñas a utilizar. Hay un marcado regreso a la feminidad y a la sexualidad. Invita a gozar del consumismo sin complejos. No es de extrañar entonces que las postfeministas tiendan a ver a las feministas como gente enojada, sin humor, autoproclamadas víctimas del patriarcado. Mientras que las feministas las vean a ellas como descerebradas, inconscientes víctimas de la cultura mediática y del consumismo. Las películas juegan un papel importante enmarcando y reflejando el lugar de la mujer en la cultura, en especial en los momentos de cambio social.

El postfeminismo presupone que el feminismo como movimiento político ha sido exitoso, logrando cambios importantes que otorgaron a las mujeres libertad de elección e igualdad respecto a los hombres. Pero que conseguidos sus objetivos el activismo feminista característico de los setenta ya no es necesario. El postfeminismo es lo que viene después del feminismo – lo que implica reconocer su importancia pero certificando su defunción política al mismo tiempo. De esta manera el concepto de postfeminismo perpetúa el feminismo mientras insiste en su superación. La clave es determinar qué tipo de feminismo es perpetuado en este proceso de negociación o transformación. Aquí comienzan los problemas: el postfeminismo es un discurso extremadamente versátil capaz de albergar múltiples posiciones (incluso contradictorias entre sí). Projansky distingue cinco categorías de discursos postfeministas.

(1) El postfeminismo linear, que se considera el punto culminante de una trayectoria histórica que empieza en el prefeminismo y pasa por el feminismo. De esta manera feminismo y postfeminismo no pueden coexistir, pues éste último ha suplantado a la etapa previa que ya forma parte de la historia.

(2) El postfeminismo del contragolpe, no se conforma con anunciar el fin del feminismo, sino que considera importante reaccionar violentamente contra las posiciones feministas a las que considera equivocadas. Estas dos posiciones representan al feminismo como algo negativo que hay que superar. Algo que no comparten las versiones restantes.

(3) El postfeminismo de la igualdad y la elección sostiene que el feminismo tuvo éxito al conseguir que la mujer lograra igualdad de género y libertad de elección –sobre todo en los ámbitos laborales y familiares. Por lo tanto, las mujeres pueden disfrutar de sus conquistas y ya no necesitan al feminismo para hacerlo.

(4) El postfeminismo positivo frente al sexo, defiende la lucha feminista por la independencia de las mujeres pero rechaza sus críticas al sexo heterosexual como estructura de reproducción de la ideología patriarcal. Las mujeres pueden elegir incluso modelos de relación heterosexuales tradicionales sin renunciar por ello a sus conquistas.

(5) Por último, el posfeminismo que incluye al hombre afirma que lograda la igualdad de género, nada impide considerar a algunos hombres feministas –incluso mejores feministas que muchas mujeres.

El posfeminismo resulta un discurso complejo, capaz de adaptarse a las expectativas de auditorios disímiles. Ello explica que se haya extendido de forma generalizada en la cultura popular de los últimos años. Permite absorber el feminismo y declararlo muerto al mismo tiempo. Su influencia es muy grande porque no solo delimita lo que es el feminismo y cómo se posiciona la mujer en relación con el trabajo, la familia y la sexualidad, sino que lo hace de manera que niega relevancia de la raza, la sexualidad y la clase para las consideraciones de género (y para el feminismo). Esto último se hace evidente cuando se toma en cuenta algo que todas sus versiones tienen en común: todas ellas se centran en mujeres blancas, heterosexuales y de clase media. Para Projansky analizar la transformación de los argumentos feministas en limitantes tópicos postfeministas en las narraciones audiovisuales recientes es una tarea fundamental para la crítica feminista.

21 oct 2010

Beatrix Kiddo como heroína edípica feminista

Ya había anticipado en mi anterior entrada sobre este tema que no todos los análisis de la protagonista de Kill Bill concuerdan. Por ejemplo, Mark Conard también hace una lectura psicoanalítica del film en su artículo “Kill Bill: Tarantino’s Oedipal Play” (2007) pero su interpretación es muy distinta a la de Waites. Démosle la palabra:

En Kill Bill Volumen 1 “la novia” pasa de estar en una situación de falta absoluta de poder (postrada en coma) a adquirir el poder suficiente para llevar a cabo su venganza. El costo de esa transformación es la renuncia a su naturaleza femenina. En el primer paso de ese proceso debe procurarse una espada de Hattori Hanzo (símbolo fálico de poder) lo que pone en evidencia que para obtener el poder la mujer debe actuar como un hombre. Pero al hacerlo actúa como una alienada, pone de manifiesto su deformidad psíquica. Por eso todas las mujeres de la película son poderosas, pero todas actúan como verdaderas psicópatas.El verdadero poder reside en el visualmente ausente pero omnipresente Bill, el padre todopoderoso que mueve los hilos de la historia desde las sombras.

En Kill Bill Volumen 2 todo cambia. Pasamos de un relato enmarcado en el género de las artes marciales a un lacónico espagueti western. La espada ya no es un arma decisiva. La protagonista la pierde al inicio de la película. Con ella pierde todo su poder y es enterrada viva por el fracasado de Budd (que utiliza un arma de fuego cargada con sal). Antes de cerrar su ataúd le da la opción de ser enterrada ciega o con una linterna y ella escoge la linterna (símbolo de iluminación, sabiduría, conocimiento). Bajo tierra emprende un viaje místico a través de un flashback que nos muestra su aprendizaje con el maestro Pai Mei. Lo primero que hizo el maestro fue burlarse de sus habilidades con la espada y enseñarle que su poder y su fuerza residían en sus manos. Ella recuerda (aprende en un sentido platónico) que no necesita la espada (el símbolo de la masculinidad) para ser poderosa. Puede serlo sin renunciar a su feminidad -y sin las deformaciones psíquicas que esa represión generan. Al terminar el flashback “la novia” utiliza sus manos para romper el ataúd y salir de la tumba. Ha resucitado. Es capaz de detentar el poder y ser una mujer al mismo tiempo (algo que no le era posible antes). Por eso en la escena siguiente conoceremos su nombre por primera vez: Beatrix Kiddo. Ha recuperado su identidad perdida durante la primera de las películas. La pelea con Elle se resuelve no con la espada, sino con las manos. Beatrix le arranca el ojo que le queda y la deja dando tumbos en el tráiler de Budd. Completamente ciega, símbolo de su servidumbre ciega a una concepción masculina de poder (y a Bill, su maestro). Beatix ya no sirve a nadie más que a ella misma, se ha reconectado con su feminidad, con su verdadera naturaleza. Está en condiciones de enfrentarse a Bill.

Matar al padre significa matar el poder que ejerce sobre nosotros. Para poder hacerlo debemos dejar de verlo como un dios, debemos rechazar las imágenes que nos forjamos durante la infancia, debemos humanizarlo. Esto es lo que hace Tarantino con Bill en la segunda película. Lo muestra como un hombre, con sus traumas, sus virtudes y sus defectos. El espectador llega a simpatizar con él. Tal como ocurre con la figura de padre, a medida que maduramos comenzamos a verlo como es en realidad y eso permite que lo matemos: que pierda el poder sobre nosotros. Una vez que Bill es desmitologizado (lo vemos hasta prepararle un sándwich a su hija) se vuelve vulnerable y Beatrix puede matarlo.

Como Beatrix se ha reencontrado con su identidad femenina ya no necesita la espada para matar a Bill. Cuando la ataca envaina su espada con la funda que trajo, la vagina neutraliza al pene en la batalla, la mujer como mujer vence al hombre. Con sus manos le alcanza para romperle el corazón (otra enseñanza del maestro Pai Mei que sólo le transmitió a ella). La película termina con Beatrix transformada en madre, pero sin dejar de ser la mujer fuerte y poderosa que siempre ha sido. Ha logrado matar al padre (liberarse del yugo masculino) sin las insanas y autodestructivas consecuencias que tuvo que sufrir Edipo.

CONSIGNA DE TRABAJO
- ¿Con cuál de las dos interpretaciones (Waites, Conard) está de acuerdo?
- Busque algun NUEVO argumento para apoyar su interpretación y cuélguelo como comentario antes del próximo jueves 28 de octubre.

7 oct 2010

Beatrix Kiddo como marioneta patriarcal

La mujer vengadora más impactante que ha dado el cine en los últimos años es, sin lugar a dudas, Beatrix Kiddo (Uma Thurman): la protagonista de Kill Bill Vol. 1 (2003) y Volumen II (2004) de Quentin Tarantino. La historia comienza (aunque no la película como es habitual en Tarantino) cuando Beatrix queda en estado de coma luego de que Bill y su escuadrón de asesinos masacren a todos los que participaban en el ensayo de su boda – y le disparen una bala en la cabeza. Cuando despierta se encarga de vengarse de cada uno de sus agresores, incluyendo al propio Bill que los capitaneaba.

Kate Waites en su articulo "Babes in boots: Hollywood's oxymoronic warrior woman", en Suzanne Ferriss and Mallory Young (eds.), Chick flicks. Contemporary women at the movies, New York/London: Routledge, 2008, pp 204-220, sostiene que a pesar de las apariencias la heroína de Kill Bill comparte los rasgos con otras mujeres guerreras del cine: son construcciones de la cultura patriarcal que reflejan las fantasias masculinas sobre la feminidad. Este es su argumento:


A primera vista Kill Bill Vol. I (2003) y Vol. II (2004) se presenta como un intento de subvertir las charadas de género que hemos analizado previamente. Presenta a una mujer guerrera –Beatrix Kiddo (Umma Thurman)- que parece constituir un ejemplo claro de verdadera fuerte heroína de cine de acción – sin desnudos gratuitos ni de superfluas subtramas románticas. [21]

Beatrix está contextualizada por la presencia de otras colegas guerreras de fuerza y destreza comparables. Incluso en la escena inicial de la segunda parte, en la que ella presenta su historia mirando a la cámara y con su voz en off durante el flashback, se sugiere que ella tiene la autoridad y el control sobre su propia representación –en clara oposición al uso que se le daba en el inicio de los ángeles de Charlie. [22].

Aunque la descripción de la mujer guerrera en el film parece sabotear las convenciones de género, la película subrepticiamente recae en ellas. La película y su personaje sin nombre durante la primera parte cuenta una historia vieja y cansina. [23]

La escena inicial muestra como le disparan en la cabeza y la dan por muerta. Luego se salta a su recuperación y fuga del hospital –la autora no alude para nada a la escena de violación. Ingresa en el espacio doméstico de Vernita Green –una de las que la atacaron. [24] El combate mano a mano se paraliza cuando ambas –en deferencia a la maternidad- ven bajar del autobús escolar a la hija de Vernita. En un claro gesto en el que se mofan de la femineidad tradicional, reciben a la niña y la envían a su habitación. Durante la conversación siguiente Vernita trata de matarla con una pistola y es muerta por el puñal de Beatrix, ante la mirada de la niña en la puerta [25].

Esta escena –y otras similares en ambos films- refuerzan el carácter problemático de la trama y enmarcan el disputado lugar que ocupa la construcción de la mujer guerrera. Por un lado el personaje posee las características de sus contrapartes masculinas: es dura, no teme a nada, es agresiva y temible en la batalla. Pero simultáneamente aunque no esté abiertamente sexualizada, su nombre Kiddo es un diminutivo de su identidad. En el volumen I esa identidad se reduce a “la novia” que busca venganza por la muerte de su futuro esposo, su familia y su hijo no nacido. En el volumen II se la identifica como “madre” –papel que adquiere preferencia sobre el de guerrera. Estas características la encasillan en la femineidad y la maternidad, lo que va en desmedro de su estatus de guerrera. Además de ser puesta en escena como la novia-madre, Beatrix Kiddo no es un agente autónomo (como Lara o los ángeles). También ha sido creada a su imagen por Bill, una figura de autoridad masculina de características casi supernaturales –tal como se muestra en la segunda parte del film. [26]

La primera parte deja una serie de interrogantes que se resuelven recién en la segunda, pero lo hace de forma sumamente convencional. Elle ocupa el lugar en la relación amorosa con Bill que antes cubría Beatrix, y cumple sus órdenes –tal como quedo fijado al inicio del Volumen I. Pero esta característica es relevante para interpretar el duelo entre Elle y Beatrix sobre el final del Volumen II, pues resalta aspectos femeninos como los celos y la competición por el hombre, lo que reduce sus estatus de guerreras. Su batalla queda reducida a una estereotipada “pelea de gatas”. [27]

En otro revelador flashback del volumen II, Bill se presenta en la capilla antes de la masacre y dice que sólo pretende participar por el lado de la novia, y ella lo presenta como su padre. “The Oedipal reference here becomes clear when, of course, the “Father” removes/kills the husband-substitute of whom he decidely does not approve.” (217). Pero en el final Beatrix reconoce a Bill –en una escena doméstica en el que él ejerce de padre de su recuperada hija de cinco años- como la perspectiva de su maternidad fue la que la mágicamente la alteró y la llevó a dejar el escuadrón de asesinos para buscar un entorno en el que ofrecer una vida mejor a su futuro hijo. [28]

Esta decisión de abandonar su carrera y dedicarse a la maternidad es la que inicia la trama –poniendo en marcha la masacre inicial. Pero al mismo tiempo que resuelve los interrogantes que dejo planteados el volumen I, la segunda parte también resulta exitosa al volver a la fiera guerrera al lugar que le corresponde. No lo hace castigándola o matándola –como ocurría en el cine negro-, sino que muestra como capitula al paradigma tradicional de madre que se queda en su casa a cuidar de sus hijos. Esta transformación es sumamente evidente en las dos escenas finales. Nota 4: una interpretación postfeminista podría resaltar que el film –al mostrar que Beatrix debe rechazar su rol de asesina para ser madre- pone en evidencia las dificultades para resolver el conflicto entre familia y carrera, muestran lo difícil que es en la realidad tratar de “tenerlo todo”. Pero para Waites estas lecturas fallan porque no dan cuenta de los motivos antifeministas y regresivos que operan en el film. [29]

Los films se muestran reduccionistas, pues el personaje tiene dos opciones –guerrera o madre- que no sólo son clichés, sino extremistas y excluyentes. “Moreover, like her action-sisters, Kiddo is ultimately directed by, if not created by, Bill, a male, godlike figure, and she is showered in regressive feminine conventions that overtake her transgressive heroic role.” (218) Nota 5: películas recientes como Catwoman (2004), Elektra (2005) y Mr & Mrs Smith (2005) también son muestras de la pobreza de la mujer guerrera en la gran pantalla. La mujer guerra de Hollywood es una figura con reminiscencias de Pigmalion, la proyección de una fantasía masculina. “Hollywood’s prototypical warrior woman is a strange amalgamation of the hypermasculine and emphasized feminine, implying that even our twenty-first-century myth-makers continue to be steeped in the lore- as well as the law- of the father.” (218) [30].

Pero aquí no termina la historia. En la proxima entrada analizaremos una valoracion muy diferente del film.

30 sept 2010

La mujer guerrera en el cine

En lo que sigue presentare brevemente la posicion de Kate Waites en su articulo "Babes in boots: Hollywood's oxymoronic warrior woman", en Suzanne Ferriss and Mallory Young (eds.), Chick flicks. Contemporary women at the movies, New York/London: Routledge, 2008, pp 204-220.

La mujer guerrera se ha convertido en un lugar común en las películas de Hollywood contemporáneas (Lara Croft, los ángles de Charlie, Kill Bill), pero su representación fílmica es muy reciente (recién en los ochenta se ven los primeros personajes con esas características –Ripley en Alien y Sarah Connor en Terminator). Estos personajes aparentemente son iguales a sus contrapartes masculinos: inteligentes, resolutivas, duras, competentes y grandes luchadoras). [1]. Nota 1: Hay excepciones previas, marginales, como Joan of Arc de Dreyer.

Se la puede considerar una prima lejana de la femme fatale del cine negro de los cuarenta. Pero para Waites sus orígenes son mucho más lejanos –prehistoria, el mito antiguo de las Amazonas, y Judith en el viejo testamento. Son construcciones de la cultura patriarcal, pero en la actualidad están motivadas irónicamente por el feminismo. Sus trajes enfatizan la sexualidad, son dirigidas por una figura de autoridad masculina ausente, sus motivos en muchos casos son maternales y sus nombres las disminuyen demostrando el lugar subordinado que ocupan en el sistema convencional. Representan estereotipos masculinos de la femineidad aunque se disfracen de guerreros tradicionales. [2] Nota 2: Tasker considera a la mujer guerrera como travestis que asumen el lenguaje corporal y la apariencia de estereotipos masculinos machos [butch].

Muchos coinciden en que la irrupción de la mujer guerrera en las películas de acción significa un avance para la mujer, pues en cierto sentido la coloca simbólicamente en una posición de poder. Pero para Waites sus orígenes y la forma en la que se construyen estos personajes constituyen un problema a la hora de establecer su significado narrativo. Las mujeres guerreras –como el monstruo de Frankenstein- sufren un complejo de inferioridad, pues han sido construidas a imagen y semejanza de su creador-hombre. Funcionan como parodias de sus creadores, extraños híbridos de cualidades sobredeterminadas masculinas y femeninas que hacen de monstruo/otro cuya existencia desafia el poder masculino. “Definitivamente, ellas revelan menos sobre las mujeres o la femineidad y más sobre los disfraces de la masculinidad.” (205). [3].

La lista de mujeres guerreras en el cine aumenta día a día, pero todas ellas comparten una fuente común: la construcción de mitos masculina. Lane y Wurts (2002) trazan la historia de la mujer guerrera hasta la prehistoria –mujeres cazadoras- y de ahí a su representación antigua arquetípica: las Amazonas. Creadas por el patriarcado griego que consideraba a las mujeres como ciudadanos de segunda clase, las Amazonas eran fuertes, fieras y decididamente poco mujeres –no criaban a sus hijos y se cortaban el pecho derecho para tirar mejor con el arco. Pero al mismo tiempo eran bellas y usaban su sexualidad para distraer a los enemigos. Su imagen dice más de las ambivalencias e inseguridades de sus creadores masculinos en relación con las mujeres, que de mujeres fuertes actuando heroicamente. Deseables y peligrosas constituyen el prototipo para la imagen de la mujer guerrera en el futuro. “Confined to the cage of the monstruous-feminine within phallic ideology, they reflect men’s use of hypermasculinity to cloak their fear and manage the paradoxical longing for and rejection of the “other” who challenges their identity.” (206). [4]

Descendiente de las Amazonas es Judith, también producto de la mitología masculina. Usa su sexualidad para decapitar a Holofernes y salvar a su ciudad. Pero en su empresa heroica Judith no actúa como agente autónomo, sino como instrumento de la autoridad masculina, como bien señala Stoker (1998). El antiguo testamento enfatiza que de hecho fue Dios quién derrotó a sus enemigos utilizando los poderes que previamente había dado a Judith. Más allá de su contenido, se trata de la historia de una mujer, contada por un hombre, en la que ella usa su sexo para cumplir los mandatos de Dios –que es construido como hombre. [5]

Esa imagen de una mujer guerrera creada por hombres, cuya femineidad es el elemento definitorio de su empresa masculina, señala las contradicciones que continúan presentes las representaciones cinematográficas contemporáneas de la mujer guerrera. Caputi (2004) señala que la cultura popular es la depositaria de los mitos y arquetipos antiguos, y aunque el papel de la mujer progrese, su imagen se mantiene atada a los paradigmas en las que fue concebida originalmente, que no es otra cosa que mantenerse atada a la mentalidad de sus creadores masculinos. Es interesante ver que las películas de mujeres guerreras son escritas y dirigidas por hombres. “Indeed, the action film, which tells the story of the excesice of hypermasculinity as a camouflage for male insecurity, remains dominated by male writers and directors.” (207) [6]

Aunque muchas de esas mujeres –como la figura de las mujeres abusadas que se tornan guerreras como Thelma & Louis- usan su ingenuidad y se levantan en armas contra los hombres, suelen ser víctimas motivadas por su instinto de supervivencia. Por bueno que pueda ser ese motivo, esos héroes de acción no se construyen como los guerreros tradicionales, ya que son retratadas en primer lugar como víctimas sexuales y domésticas. Los guerreros tradicionales –sean hombres o mujeres- combaten por un bien superior, lo que los eleva a un nivel moral superior. Luchan por la justicia contra los malvados villanos –representando la vieja batalla entre el bien y el mal. Ese es el modelo hipersimplificado que alimenta las producciones cinematográficas dominadas por héroes masculinos. [7]

Aunque el avance de la mujer hace que Hollywood se muestre proclive a presentar héroes femeninos en sus películas de acción, la violencia que ejercen es la misma que los héroes masculinos. Las actrices elegidas para esos roles, por ejemplo, son musculosas como hombres. [8]

¿Qué puede significar la construcción y representación de una hiperfemenina mujer guerrera en una empresa sobredeterminadamente masculina? [9]


Lady Lara Croft

Lady Lara Croft (Angelina Jolie) encarna la feminidad tradicional, al tiempo que exhibe la excesiva masculinidad que caracteriza al hombre guerrero de las películas de acción de Hollywood. En Tomb Rider su misión de salvar al mundo se surge de su deseo de cumplir los deseos de su padre. “En un gesto claramente edípico, Lara se identifica con su padre muerto –en lugar de con su madre- quien se le aparece en un sueño y la guía a un reloj escondido que contiene las instrucciones para cumplir su misión.” (208). Como Judith –que recibía sus instrucciones y poderes de Dios- Lara responde a una figura masculina de autoridad –de la que heredó los medios y la posibilidad de desarrollar sus habilidades de lucha que le permitirán hacer justicia. Además, en un golpe de casting muy simbólico, se eligió a su padre en la vida real (John Voight) para interpretar a Sir Croft en la breve escena del sueño. [10].

Aunque Lara parezca ajustarse al carácter solitario que suele tener el hombre guerrero tradicional, la película deja sentada una relación romántica previa con un colega que ahora vende sus servicios al enemigo. En la siguiente película Cradle of Life también hay una subtrama romántica: Lara convence a la inteligencia británica para que libere a un antiguo amante para que la ayude a salvar el mundo. En esta versión, Lara recibe sus órdenes de dos hombres representantes de la Inteligencia Británica (M16) – e ironiza sobre el papel de la reina en su autorización para cumplir la misión (lo que pone en evidencia su falta de poder). Que Lara deba apoyarse en un ex amante para cumplir su misión debilita su carácter de guerrera, y la posiciona como una figura romántica y sexuada. Al final de una escena de escape sucumbe a la pasión con su ex amante en el camarote del barco. Aprovecha su vulnerabilidad y le ata las manos poniéndose sobre él (lo que permite a la cámara mostrar sus pechos), pues desconfía de su fidelidad a la misión. Aunque ella asume la posición de la agresora, la escena ralentiza la acción y la muestra como femenina. “Moreover, in addition to the gratuitous exposure of her breasts, in the scene Lara must resort to using the weapon of her sexuality in order to seduce and contain her untrustworthy former lover.” (209). [11]

La sexualización de Lara persiste durante todo el segundo film –lo que ha llevado a sostener la tesis de Mulvey de que la mujer en el cine funciona como un espectáculo erótico para espectadores masculinos, se define por su pasividad y su estar-para-ser-vista, en contraste con la imagen activa y poderosa de los hombres. Para Waitess este argumento falla porque no puede dar cuenta de la fluidez de las identidades de género y refuerza la polaridad tradicional de femineidad-masculinidad. Los héroes masculinos también son puestos como espectáculo para ser observados –musculosos, sudorosos y guapos. Lo que diferencia al héroe masculino es que su poder nunca se ve mitigado por su sexualidad –ella no los debilita, como ocurre con las mujeres guerreras. Los héroes masculinos no deben usar el sexo como arma. Su poder y fuerza nunca se cuestionan, porque son puestos en un contexto en el que se deben enfrentar a otro hombre igual de poderoso que él. En esas películas las mujeres son figuras románticas y secundarias, que sirven para distraer al héroe y ponerlo en peligro. “When the woman warrior is feminized and forced to deploy her sexuality as a weapon, it distracts her and the viewer from her misión, even when it is rationalized as a part of her plan. Her status is further reduced because, unlike her male counterpart, she is depicted as an anomaly. Indeed, neither in Tomb Rider nor in Cradle of Life is there another woman whose power equals Lara’s. In fact, there are no notable woman at all… Lara Croft has a voluptuous rather than a “hard” body, and her image as a female is an isolated and unsupported one.” (210-11). [12].

Pero lo que mina el estatus guerrero de Lara en Cradle of Life es la propia trama: como Pandora, es su propia falta femenina al buscar el conocimiento a toda costa la que genera el problema que debe resolver. Aunque pose de dura, inteligente y competente guerrera, la narración pone en evidencia su naturaleza esencialmente femenina –tal como ésta es percibida por un creador hombre. [13].

La contradicción esencial de la mujer guerrera contemporánea es que se la fetichiza y reduce por una parte, y al mismo tiempo se le asignan características del poder que la mujer postmoderna ha conquistado. Esta imagen –empaquetada en convenciones regresivas- refleja el difícil intento de los creadores hollywoodenses de acomodar a las mujeres en la esfera de poder tanto real como simbólica. [14].


Los ángeles de Charlie

Tal como ocurrió con la serie en la que se basan, los filmes Charlie’s Angels and Charlie’s Angels: Full Throttle constituyen un intento de la cultura para acomodarse a los cambios sociales que generó la segunda oleada del movimiento feminista. [15] El primero de los films sigue en esa línea, pero enfatiza las capacidades de combate de las chicas, al mismo tiempo que las hace actuar de manera tonta resaltando su femineidad a cada momento. Nota 3: hay quien defiende esta característica como un homenaje al estilo campy de la serie original. Pero hay elementos feministas en ella –como el rechazo al cuerpo de policía, su elección de la carrera de detectives en lugar de las relaciones románticas o el matrimonio, que están sospechosamente ausentes en el film. En las películas las relaciones románticas y sexuales tienen el mismo peso narrativo, lo que se entromete en el ritmo de la acción. [16] En ella los ángeles deben cumplir su misión con disfraces sexualmente sugestivos y en su camino entablan relaciones románticas. [17] En la segunda película estas características de género de las guerreras se intensifican [18]. “Whereas Lara Croft’s sexuality, like Judith’s, is at least employed as a mechanism or strategy to wield power, the extremely sexualized and feminized Angels are posed merely as erotic espectacle, which serves only to dimish their strength.” (213). Las dos películas se abren con la voz en off de Charlie que presenta a sus guerreras. La voz en off es un recurso estándar en el cine que se utiliza para establecer autoridad o control sobre la narración – Silverman (1992) señala que una voz -como la de Dios- hablando desde fuera del marco narrativo sugiere omnisciencia. Los ángeles de Charlie son guerreras que pelean fieramente cumpliendo las órdenes de una todopoderosa y obscura figura de autoridad masculina (como Lara o Judith). “Having made a dent in the male citadel of action films, therefore, women warriors are reduced to playing a role in a farce that re-inscribes their feminine place within de phallic system, even as it inadvertently exposes the pretense of hypermasculinity.” (214) [20].


CONSIGNAS DE TRABAJO

- BUSQUE UN EJEMPLO DE MUJER GUERRERA EN ALGUNA PELICULA QUE HAYA VISTO (Y QUE NO SEA NINGUNO DE LOS QUE UTILIZA LA AUTORA EN SU ARTICULO).
- ¿POSEE LAS CARACTERISTICAS QUE SEÑALA WAITESS? JUSTIFIQUE SU RESPUESTA.
- CONTESTE A LA PREGUNTA FINAL DE LA AUTORA TENIENDO EN CUENTA SU EJEMPLO.